domingo, 4 de enero de 2015

Poesía 28


TRISAGIO

¡Llámame!
si así lo quieres, Señor.
Mi fruta ya está madura
y mi noche apunta al día.
¡Libra mi  apretura oscura!
si  así  lo quieres, Señor.
¡Llámame!

Cántame la melodía
Interminable de amor.

¡Ábreme!
si así lo quieres, Señor,
del cielo las aladas puertas.
Mis llagas están abiertas,
Está maduro el amor,
y  acrisolado el dolor.

         ¡Ábreme!
¡si Tú lo quieres, Señor!
Mis flores están despiertas

¡Tómame!
si Tú lo quieres, Señor.
Descompuesta y  como voy;
confiada como estoy,
de tu amor y tu ternura,
en esta inmensa locura de amor.

¡Si eres mío, Señor!
mis cadenas son de luna.
 ¡si así lo quieres, Señor!

¡Llámame!  
                                             ¡Ábreme!                             
                                   ¡Tómame!



1-12-1995     Sor Alicia 

martes, 21 de octubre de 2014

Poesía 27

                          

        Cristo del Madero

Dulce Cristo del madero:
De pies y manos clavado.
Deja recline a tu lado.
El duro peso que llevo.

Mi cruz, no es hostil, cruenta.
Ni está llagado mi cuerpo.
Yo estoy en un pozo negro,
De luz y de amor sedienta.

Los clavos que me sujetan,
Son el dolor y el llanto.
Quise, por ti, ¡hacer tanto!
Que tu pasión se asemejan

Mas, ¿Qué digo de mi pena,
viendo tu cuerpo partido,
para ser par repartido,
por los que así te condenan?

Deja que beba en el mar,
que salta en olas del pecho.
Bese tu herida, que han hecho,
Mis  pecados, por no amar.

Deja que tus cinco llagas
Me bañen en gozo y luz.
Deja descanse en tu Cruz,
El peso que me regalas.

Dulce Cristo del madero.
De pies y manos clavado.
Yo reclino en tu costado
Mi corazón y mi beso

20-3-2006

martes, 9 de septiembre de 2014

Poesía 26


NAZARENA


¡Nazarena, Nazarena!,
la de los pies sin calzar,
la de la cara morena.

Tus raíces, ya en la pena,
florecen agua de mar;
y hay rocío y hay pesar,
sobre tu  cara  morena.

Tú corazón ya en el aire,
por siete heridas sangrando,
¡ay, de tan duro quebranto!
¡Madre del llanto amargo!
¡del Nazareno, Nazarena!

¿Quien es esa mano loca,
que a silencio te condena?

¿Para ti solo hubo hiel,
y se te negó el suspiro?
Dime tú con qué cadena,
lograron sellar tu boca.

Clavada en cruz te miro.
En cruz estás, cómo Él.

¡Nazarena!   ¡Nazarena!
la de los pies sin calzar,
la de la cara morena.

Fluye a tus labios la vena,
ya rota, de tanto amar.

¡Ya podéis desenclavar,
soldados, a la Azucena!,
que ya está seca la mar,
y los ríos son desiertos;
su corazón está muerto...


¡¡¡Vamos a resucitar!!!

Sor Alicia Mª

Poesía 25


HERMANAS

Tu silencio aletea en el vacío,
siento que tu corazón es mío.

No hay nada que decir, 
desde mi total Yo a tu total Tú.

Es mansión de eternidad;
tu casto amor y el mío.

Nada ocurre, nada pasa,
en ese instante interior;
Dios de amor compartido.

Te conocí en ese mundo joven,
de nuestro primer Amor.

Florecía la primavera, o...
estaba el estío en sazón, y... 
se desprendían las hojas de oro,
por los campos cansadas,
de tanta lluvia,  y tanto sol, . . .

Soltaban las nubes su blanca
melena de blanda frescura;
y tú, y yo, en silenciosa oración.

Como si nada pasara,
presas sólo de su Amor:
Inmóviles, impasibles
en gozo y en dolor.

Ya pasaron muchos años:
Los inviernos maduraron,
sobre nuestro corazón.
Tu alma vive entregada,
en éxtasis de puro amor.

Yo ando entre senderos: ¡todavía!,
sin saber por donde voy.

Por mis ventanas penetran,
los rayos de tu paz interior.

Quiero  entrar en tú recinto,
en donde nuestros silencios
son una sola voz: ¡como entonces!,
aleteando en el vacío del Amor.

Dios acoja tu silencio y mi voz,
como incienso de una sola oración.

Sor Alicia Mª


Poesía 24


ÉXT A S I S

Ojos bajos, . . .
paso lento, . . .

Voy caminando en silencio,
entre encalados muros,
por los claustros de tu templo.

Voy buscando en lo más hondo,
la verdad de tu misterio.

Voy sufriendo tu sufrir,
y voy gozando tu encuentro.
Voy buscando tus amores,
y por ellos ¡voy muriendo!

Momentos que se eternizan,
y paralizan el tiempo.

Mientras sigo caminando,
ojos bajos, . . .
paso lento,
entre transportadas sombras,
por  los claustros de tu templo.

Sor Alicia

20-6-1967

miércoles, 9 de julio de 2014

Poesía 23



TU    I M A G E N 

Te he visto, Jesús,
y, . . . ¡no he podido!
Yo te prefiero dentro de mí:
como te imagino.

Con las manos y los pies llagados,
y el corazón herido.
Con tu amor en mis entrañas,
y tu voz en mis oídos.
La figura y el rostro,
 indefinidos.

Como luz en mi noche,
y razón por la que vivo.
Con tu voz amorosa,
revelándome al Padre
y entregándome el Espíritu.

Yo te prefiero así:
resucitado y divino.
Mitad tú y mitad yo,
sin contornos ni figuras.
Solo: ¡con el corazón herido!

Con las manos traspasadas,
extasiando  mis sentidos.
Con la mirada escondida,
tras los párpados caídos.

Yo te prefiero así:
resucitado y divino,
como  yo te imagino.
Que para rostro humano

¡ya basta con el mío!

Sor Alicia Mª

Poesía 22


EL    MAR

Yo amores,
- lo que se dice, amores -
he tenido solo dos,
y no lo voy a ocultar:
El primero ha sido Dios,
el segundo ha sido el mar.

¡Que inolvidable aquel mar!
Vivimos enamorados los dos:
mi corazón y la mar.

Mi pensamiento iba a Dios.
Mi corazón, sobre las olas del mar.
¿Por qué nos separamos,
de nuestra dulce amistad?

Ahora, ¡tan lejos!, desterrada,
tierra adentro en la ciudad.
Separada para siempre
de tu azul inmensidad.

Él, sin la amiga de la infancia;
yo, en secano y soledad.
¿Quién nos unirá de nuevo
por toda la eternidad?

¿Tal vez la muerte,
que la vida vuelve a dar?
¡Qué dicha volver  a estar:
el corazón puesto en Dios,
y el pensamiento . . .
sobre las olas del mar!

¡Oh!, aquel mar;
¡qué inolvidable aquel mar!
Lo presiento y lo digo:
En el cielo estará Dios,
y a sus pies, estará el mar.

Sor Alicia

12-5-1973